lunes, 4 de enero de 2010

Uno... Dos... Tres...


Respirar hondo, recapacitar, no precipitarme, pensar las cosas detenidamente... Eso es lo que debo hacer si no quiero acabar cortando cabezas.

¿Realmente se puede llegar a ser tan hipócrita? ¿Tanta falsedad puede caber en una sola persona? Y para colmo, parece que es contagioso.

Borregos, esos son los contagiados. Gente que no se molesta en saber, solo escuchan a una única persona y se la trata como a Dios.

Por suerte, toda esa gente, todas esas sensaciones, abandonan mi espacio vital por sí solas. Al parecer repelo la gilipollez.

Si, como podéis ver, sé contar... al menos hasta tres.

2 comentarios:

  1. Una,dos y tres, cuatro, cinco y seis, yo me calmaré, todos lo vereis... =)
    ¿Sabes? Visto y comprobado que realmente hay personas que no merecen la pena, y despues de los malos ratos, puedo decir con tranquilidad "Adiós, y que no os den mucho por culo que os gusta en exceso".
    Lo peor, esque van de rollo alternativo revolucionario independiente, y mira, como los caballos con los ojos tapados y a dejarse guiar, como diría Marea: "Antes que cortar mis venas, que te den por culo..."




    "Siempre fui esa oveja negra, que supo esquivar las piedras que le tiraban a dar y mientras más pasan los años, más me aparto del rebaño, porque ni el pastor ni el amo eran gente de fiar." Marea.

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  2. ¿Quieres actualizar gilitonta? ^^

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